Una migrante veracruzana encontró en el mar de Guaymas una oportunidad para obtener recursos para pagar su carrera

Águeda Barojas Ontiveros

Wendy Daniela es una joven migrante que llegó a Guaymas hace cuatro años del estado de Veracruz.

Junto a su familia llegó a este puerto buscando mejores oportunidades de vida, las cuales encontraron en el campo.

Como muchos migrantes de este país, Daniela y su familia llegaron primero a trabajar al Valle de Guaymas.

Siempre supo que quería dedicar su vida al mar, por ello inició sus estudios en el Instituto Tecnológico de Guaymas, en la carrera de Acuicultura.

Actualmente tiene 20 años de edad y cursa el cuarto año de la carrera; recientemente fue reconocida a nivel nacional por su desempeño académico.

Una emprendedora marina

En octubre pasado Wendy Daniela sembró en el mar de Guaymas, en el área donde se ubica el Instituto Tecnológico, 70 mil semillas de ostión.

Lo hizo porque una vez que esté lista la cosecha buscará comercializarla para obtener recursos y pagar su carrera.

No será suficiente, admite, porque quiere estudiar una maestría.

Su historia de vida lo ve como una oportunidad para empoderar a más mujeres.

Para Wendy Daniela a la bahía de Guaymas se le puede sacar mucho provecho ya que está llena de recursos para alimentar distintas especies, incluso para el cultivo de ostión.

Dijo desde muy pequeña le surgió la inquietud de dedicarse a cuestiones del mar y su sueño es dejar huella en esta actividad.

La siembra de ostión inició en octubre y espera que la cosecha esté lista entre marzo y abril.

Resaltó que lo que necesita un ostión para ostión para poder crecer es una temperatura fría por ello iniciaron en el mes de octubre el proyecto.

“Esta bahía tiene mucha alimentación para el ostión porque es un organismo filtrador, se alimentan del agua directamente, estas aguas son productivas”, comentó.

Antes de arrancar con el proyecto realizaron estudios en esa área para descartar contaminación como en otros puntos.

Invertir en proyecto como este, no es muy caro, dijo, pero sí será redituable una vez que se comercialice el producto.

Apoyada por el Instituto, buscará comercializar la cosecha en el mercado nacional.

Daniela comento que hay más mujeres emprendiendo proyectos en el mar y que espera que su voz llegue a más mujeres para que participen en estos proyectos.

“No le tengan miedo al mar, el mar es muy fructífero, pero al mar hay que cuidarlo, el mar contaminado no sirve, no debemos tirar basura”, comentó.